Las autoridades haitianas elevaron este domingo a 1.297 la cifra de muertos a causa del terremoto de magnitud 7,2 que asoló ayer el suroeste del país.
Protección Civil informó que 1.054 personas murieron en el departamento del Sur, otras 122 en Nippes y 119 en Grand Anse, todas ellas provincias de la península suroeste, mientras que otras 2 personas murieron en el noroeste del país.
Las autoridades han advertido que hay "muchas personas bajo los escombros", que los rescatistas se afanan por localizar 24 horas después del terremoto, que llevó ayer mismo al primer ministro, Ariel Henry, a declarar el estado de emergencia tras calificar de "dramática" la situación en la nación caribeña.
Las labores de rescate se llevan a cabo a la espera de que este lunes impacte en el país la tormenta tropical Grace, que según las previsiones puede causar grandes volúmenes de lluvia y fuertes ráfagas de viento a lo largo de la jornada.
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DAÑOS MATERIALES
El terremoto de magnitud 7,2 y que ya forma parte los diez sismos más letales de los últimos 25 años en Latinoamérica, ha provocado cuantiosos daños materiales sobre todo en el suroeste del país, que en enero de 2010 fue asolado por otro terremoto que dejó unos 300.000 muertos y 1,5 millones de damnificados.
Según el balance provisional, el sismo destruyó al menos 2.868 casas en los tres departamentos más afectados, al tiempo que causó daños de diferentes consideraciones a otras 5.400 viviendas, así como en varios centros de salud, escuelas, hoteles e iglesias.
Los datos también informan de importantes daños a puentes y carreteras en las zonas afectadas.
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UNA EMERGENCIA EN MEDIO DE LA CRISIS POLÍTICA
El terremoto se produce en medio de un contexto difícil para Haití, que atraviesa desde 2018 por una delicada crisis política y económica, agravada por el asesinato el 7 de julio del presidente Jovenel Moise, a cargo, según las pesquisas, de un comando de 26 mercenarios que irrumpieron en su residencia en Puerto Príncipe.
Consciente de esta realidad, el primer ministro Henry, en el cargo desde el 20 de julio, llamó este domingo a sus compatriotas a olvidar las "disputas" y unirse para hacer frente a los daños causados por el sismo.
Henry dijo en rueda de prensa, que "vivimos un periodo difícil", por lo que es "momento de unirse" y tener "una mayor solidaridad con las personas más afectadas".
"Olvidemos nuestras disputas. Olvidémonos de todo lo demás, ayudemos a los más pobres y necesitados", subrayó.
También prometió una respuesta oficial "más adecuada" que la de dispuesta tras el terremoto de 2010.
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SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
En otro orden, Henry agradeció la ayuda de la comunidad internacional, que ha puesto a disposición del país aviones, barcos y helicópteros "para hacer frente al desastre que tenemos".
Toda la ayuda que llegue del exterior debe ser coordinada por el departamento de Protección Civil, porque "no queremos que llegue desordenada", subrayó en sus declaraciones a la prensa.
Diversos países han ofrecido ayuda a Haití, entre ellos Estados Unidos, una de las primeras naciones en pronunciarse sobre lo acontecido y que hoy anunció el despliegue de la segunda unidad de búsqueda y rescate urbano en las zonas afectadas.
España, a través de su jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó hoy al Gobierno haitiano la disposición de enviar ayuda a la población y se está a la espera de conocer las principales necesidades, señalaron fuentes diplomáticas.
La República Dominicana, con quien Haití comparte el territorio de la isla La Española, empezó hoy a despachar la ayuda, compuesta por 10.000 raciones de alimentos y medicamentos, así como 2 millones de mascarillas y gel de manos para proteger a la población del contagio de la covid-19, de acuerdo con la Presidencia de ese país.
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